No puedo pisar tierra puertorriqueña y no ir a la playa. Llevaba algún tiempo deseando visitar la Poza del Obispo en el pueblo de Arecibo y este mes se me dio.
De camino se pueden ver estragos del huracán María lo que me rompió el corazón ya que siempre estará presente en nuestro alrededor (de una forma u otra) lo que sucedió ese fatídico septiembre. Pero al llegar y ver tan hermosa playa, en un día luminoso y lleno de viento, la alegría llega de manera inevitable. Pero así es la vida... llena de momentos difíciles pero siempre nos acompaña la capacidad de superación y de ser agradecidos con las enseñanzas que trajo esos momentos duros. Hay que disfrutar lo que nos toca y verle el color a la vida, y si no hay color pues a dársela...
Nydia
PS: Este traje de baño me recuerda tanto a los que usaba cuando era niña en los noventa. Lo único que falta son las balsas que se colocan en los brazos jajaja...
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